Ahorrar energía en la oficina mientras trabajamos se ha convertido en la actualidad en la prioridad de un gran número de empresas que persiguen ser sostenibles y ofrecer esta imagen de preocupación por el medioambiente a sus clientes, al mismo tiempo que ahorran costes. Esto se une al constante incremento del precio de la luz que ha rozado este año máximos históricos y que ha hecho que multitud empresas tengan que replantearse su política de consumo energético.
La rentabilidad de un negocio no solo depende de vender más, sino de alcanzar el punto de equilibrio entre los gastos de la actividad y la facturación. Por este motivo, una factura energética elevada puede llegar a poner en riesgo la viabilidad de una empresa.
Las medidas de ahorro de energía en la oficina no tienen que requerir necesariamente de una gran inversión económica, sino más bien de un simple cambio de hábitos. Gestos tan sencillos como apagar la luz cuando se necesite, cerrar las ventanas si tenemos puesta la calefacción, dejar apagado el ordenador cuando nos vamos, etc., no cuestan dinero y suponen un considerable ahorro de energía.
¿Cómo ahorrar energía en la oficina con electrodomésticos eficientes?
En muchas oficinas se requiere del uso de electrodomésticos de cocina para el uso de los empleados. En la actualidad están obligados a mostrar una etiqueta de eficiencia energética obedeciendo a la normativa europea. Los electrodomésticos en los que esta etiqueta es obligatoria son: el frigorífico, la lavadora, el congelador, la secadora, el lavavajillas, el aire acondicionado y las fuentes de luz domésticas. Las etiquetas obedecen a una clasificación por letras (de la A a la G) y por colores (del verde al rojo), siendo la A y el verde la etiqueta que llevan los aparatos más eficientes y la roja G los menos eficientes. Veamos a continuación cuáles son los electrodomésticos que más electricidad consumen:
- El frigorífico: es con diferencia el electrodoméstico que más energía gasta, ya que debe estar en continuo funcionamiento durante la totalidad de su vida útil. Tanto es así, que sólo la nevera puede representar el 30% de la factura de la luz en el caso de una vivienda. Un frigorífico de categoría A consume hasta un 75% menos que otro de clase G. Por lo que, si en nuestra oficina hay una nevera, es conveniente que ésta sea lo más eficiente posible.
- El lavavajillas: puede llegar a representar el 6% de la factura, por lo que conviene usarlo sólo cuando esté lleno (cosa que, en una oficina de unas 50 personas, probablemente ocurre todos los días si todos los trabajadores comen en el trabajo) y utilizar programas cortos y de baja temperatura.
- La cafetera: este aparato tan esencial en cualquier lugar de trabajo puede llegar a consumir más de 1 Wh, de hecho, según un informe de la OCU, la cafetera puede consumir tanta electricidad como un ordenador.
- El microondas: otro aparato muy necesario en cualquier cocina de oficina y esencial para todos aquellos que se llevan un tupper al trabajo. Este electrodoméstico puede llegar a consumir bastante energía sólo por estar enchufado (por el famoso modo “stand by”). Si enchufarlo y desenchufarlo es un inconveniente, una buena solución es tenerlo enchufado a una regleta con interruptor, de modo que, cuando no se esté usando, se desconecte.
Ahorro energético en climatización
Los sistemas de climatización suponen más del 50% del consumo energético total de un edificio de oficinas. Al mismo tiempo, la adecuada climatización de una oficina es uno de los factores esenciales para el confort en el trabajo.
Para ahorrar en climatización en la oficina de forma práctica deberemos:
- Controlar la temperatura máxima de los aparatos. Se recomienda que en los meses de verano la temperatura para el aire acondicionado se sitúe entre los 24 y 26º C, y que en invierno no se superen los 21º C en la calefacción. Una variación de tan solo un grado puede generar un ahorro de entre el 6-10% en la factura.
- Aprovechar la orientación de la fachada. Si es al norte deberemos utilizar persianas que impidan el paso del frío en invierno, sin embargo, si nuestra fachada tiene orientación sur, podremos utilizar protecciones solares fijas o móviles que ayuden a sombrear los cristales en la época veraniega y permitan el paso del sol en invierno.
- Utilizar la ventilación natural todo lo que se pueda, que además es mucho más saludable. Para ello es importante ventilar durante las primeras horas de la mañana.
- Apagar todos los aparatos eléctricos que no se estén utilizando, como lámparas, fotocopiadoras, impresoras, ordenadores, etc., ya que generan calor en las oficinas, aumentando la necesidad de refrigeración debido a la mayor temperatura ambiental.
- Instalar en la oficina termostatos o un sistema de control del encendido y apagado de los sistemas de climatización, ya que hasta el 50% de la energía consumida para climatizar un edificio se realiza en horarios sin actividad.
¿Cómo ahorrar energía en la iluminación de la oficina?
La iluminación en oficinas puede suponer hasta el 30% del consumo energético total. Algunos consejos prácticos para ahorrar en iluminación son:
- Cambiar el tipo de luces. Sustituir la iluminación por otra energéticamente más eficiente de bajo consumo o LED, puede conseguir que ahorremos hasta el 50% del consumo de electricidad. El desembolso inicial de sustituir el sistema de iluminación puede parecer elevado en un principio pero a la larga es muy rentable.
- Utilizar un sistema de encendido y apagado por zonas. De esta forma utilizamos la luz solo cuando es necesaria.
- Aprovechar la luz natural todo lo que sea posible. Si es necesario cambiando la ubicación de las zonas de trabajo o manteniendo las persianas subidas.
- Instalar detectores de presencia en las zonas de paso y acceso. Así se favorece el ahorro de energía al no quedarse las luces encendidas.
- Educar a los empleados para que no dejen las luces encendidas. Es importante que las últimas personas que salgan de la oficina se responsabilicen de revisar el apagado de la iluminación.
Ahorrar energía en equipamiento informático
Tanto ordenadores, como impresoras, fotocopiadoras, faxes y resto de equipamiento de oficina pueden llegar a consumir hasta el 20% de la electricidad en una oficina. Entre todos ellos destacan los ordenadores, que por su elevada presencia en las oficinas, son responsables de la mitad de este gasto energético.
Crear una cultura de ahorro de energía en la oficina
No vale de nada que utilicemos tecnologías eficientes si no se produce un cambio de mentalidad entre nuestros empleados. Los hábitos de los usuarios juegan un papel muy importante a la hora de ahorrar en una oficina y favorecen el uso racional de la energía.
Por este motivo es muy importante que en el ámbito laboral se fomenten una serie de acciones:
- Inculcar una cultura de empresa de consumo responsable.
- Intentar eliminar el uso del papel.
- Reducir los consumos indirectos de energía, como plásticos y otros materiales de oficina.
- Potenciar la movilidad sostenible entre los empleados, utilizando transporte público, bicicleta o compartiendo el coche.
- Apostar por el teletrabajo.